Presentación

Presentación

Me llamo Hilda, soy madre, esposa y abuela. Siento que conforme pasan los años, y en ratos de soledad, la necesidad de intercambiar ideas con otras personas, conversar, discutir – por qué, no- con mesura y respeto desde luego. Aun cuando no compartamos las mismas ideas, esa es la ventaja de la vejez: Que nos da la libertad de decir las cosas, tal como son.

Les cuento que hace tiempo tenía la idea de este blog, hubo dos intentos a medias y lo dejé. He sido tímida y silenciosa casi la mayor parte de mi vida, pero hoy  por fin recargué mis pilas y me dije, “ahora o nunca que mañana es tarde. El tiempo es corto.”

image001Quiero compartir algunos recuerdos y experiencias, malas y buenas. No soy dueña de la verdad, así es que me gustaría recoger también sus experiencias de distinta índole, soltémosla, compartámosla porque además nos sirve de catarsis, ¡son tan ricas nuestras vivencias!, ¿no lo creen?

Las abuelas podemos querer mucho a nuestros hijos y nietos, pero todavía no estamos para “invernar” como el oso,  ¿qué dicen? Lean el texto al pie, no  nos olvidemos  que no existen fronteras mientras tengamos vida, y que aprender a vivir… es lo mejor que hay.

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